Conoces la Historia?

Había una vez un hombre llamado Jorge Thomas, pastor de una pequeña iglesia en un pueblo de Nueva Inglaterra. Una mañana de Domingo de Pascua llegó a la iglesia cargando una jaula para pájaros oxidada, doblada y vieja, y la puso en el púlpito. 
Las cejas se elevaron y como respuesta el Pastor Thomas dijo: 
"Ayer, caminando por el pueblo vi. a un muchacho que venía a mi encuentro columpiando esta jaula para pájaros. Al fondo de la jaula había tres pajaritos salvajes temblando de frío y de miedo. Me paré y pregunté:
- qué llevas allí hijo? 
- Solamente estos pájaros viejos. Contestó. 
- qué vas a hacer con ellos" pregunté. 
- Los llevaré a casa y me divertiré con ellos. Contestó. 
- Los voy a molestar y a halar de las plumas para hacerlos pelear. Me voy a divertir mucho. 
- Pero tarde o temprano de vas a aburrir de esos pájaros y cuando eso sea, ¿Que vas a hacer? 
- Ah, tengo algunos gatos, dijo el muchacho. 
- Se los llevaré. A ellos les gustan los pájaros. 
El pastor hizo silencio por un momento y luego dijo: 
- ¿Cuánto quieres por esos pájaros hijo? 
- Eh... ¿Por qué?, Usted no los quiere señor. Son solamente viejos pajarracos. No cantan, ni siquiera son bonitos. 
- ¿Cuánto? pregunté nuevamente. 
El muchacho midió al pastor para ver si estaba loco y dijo ¿Le parecen $10.00? El pastor se metió la mano en el bolsillo y sacó un billete de $10.00 y lo colocó en la mano del muchacho. En un segundo, el muchacho se había ido. 
El pastor recogió la jaula y suavemente la llevó hasta el final del valle, donde había un árbol y un lugar con césped. Poniendo la jaula en el suelo, le abrió la puerta, y con un suave toque en los barrotes, hizo que los pájaros salieran, liberándolos.
Bien, eso explicaba la jaula vacía encima del púlpito y el pastor empezó a contarles esta otra historia: 
Un día Satanás y Jesús estaban conversando. 
Satanás acababa de ir al Jardín del Edén, y estaba mofándose y riéndose diciendo: 
- Si Señor. Acabo de apoderarme del mundo lleno de gente de allá abajo. Les tendí una trampa, usé cebo que sabia que no podrían resistir. Cayeron todos! 
- ¿Que vas a hacer con ellos? Preguntó Jesús. 
- Ah, me voy a divertir con ellos. Respondió Satanás. Les enseñaré como casarse y divorciarse, cómo odiar y abusar uno del otro, a beber y fumar y por supuesto, les enseñaré a inventar armas y bombas para que se destruyan entre sí. Realmente me voy a divertir! 
- ¿Y qué harás cuando te canses de ellos? Le preguntó Jesús. 
- Ah, los mataré. Dijo Satanás con la mirada llena de odio y orgullo. 
- ¿Cuánto quieres por ellos? Preguntó Jesús. 
- Ah, tu no quieres a esa gente. Ellos no son buenos. ¿Por qué los querrías tomar. Tu los tomas y ellos te odian. Escupirán a tu rostro, te maldecirán y te matarán. Tu no quieres a esa gente!! 
- ¿Cuánto? Preguntó nuevamente Jesús. 
Satanás miró a Jesús y sarcásticamente respondió: 
- Toda tu sangre, tus lágrimas, y tu vida. 
- Jesús dijo: HECHO! 
Y así fue como pago el precio. 
El pastor tomó su jaula. Se dirigió hasta la puerta, la abrió y se alejó.

Published in: on 14 marzo, 2007 at 16:24  Comments (1)  

Poemario

Tu cuerpo adormecido

 

Tu cuerpo adormecido entre mis brazos,

tiene ese lento y apacible respirar

que dicta el vaivén de mis labios

                        cuando lo recorren.

 

No hay mejor manera de despertar al día

que mediante mis bajos instintos.

 

Hay en tu rostro la tranquilidad

de una conciencia infantil

que no debe nada

                        y nada le atemoriza,

párpados de flor por abrir,

senos que las gotas de rocío dejan

por la mañana,

como un beso.

 

El pelo se ha ensortijado entre la almohada

                        y mis dedos,

serpentea y se alarga para ocultar tu desnudez

                        o protegerte del frío.

 

Son estas manos las que te dan calor

e inquietan tu sueño,

            lejos de tranquilizarlo.

 

La piel se eriza,

la humedad del deseo llega con la mañana

a entorpecer en desvaríos,

la calma que había traído la noche.

 

Desde la ventana,

el sol inunda tu frente,

deja sus rayos caer

            y te cobijan lentamente

            l           e          n          t           o          s

conforme penetra en la habitación.

 

Recorre tu cuerpo,

está sobre ti,

ha burlado el lugar que me corresponde

y es así como despierta en mí,

            ese demonio febril

que trata de poseerte

             sin conseguirlo.

 

Es entonces cuando el brillo de tus ojos

se despierta con el alba

            y despereza tu cuerpo.

 

Las aves gritan,

arman el alboroto que dejó

            la almohada

                        en tu pelo

y mis dedos enmarañados

sobre tu piel,

prestos a la caricia.

 

Es tiempo del amor,

no ha vuelto la primavera

porque entre nosotros

            no hay estaciones,

no hay tiempo para amarse,

sino toda la vida.

 

Y eres tú con esa mirada ardiente,

quien me dicta el momento preciso,

             para estar a solas.

 

Vienen sobre ambos cuerpos

            los rayos del sol,

que nos acarician y rejuvenecen,

            dan vida,

agitan hasta hacerlos transpirar

y alcanzar la temperatura que habrá afuera,

            al paso del día,

                        con el llegar de las horas…

 

Comprendes que para el amor,

no es preciso el silencio

ni la penumbra de una habitación,

que tras la ventana abierta,

las cosas cobran vida

y los seres se despiertan igual

que estos cuerpos que se aman.

 

¿Qué ha sido entonces tan doloroso para amarnos,

entregarte por una vez plena al amor,

que prodigué sobre tu piel este día?

 

 

Lluvia contra la ventana

 

Inmersos en la penumbra

que dibuja siluetas tras el cristal,

dos cuerpos se entrelazan a la noche

en una ciudad que, adormecida,

creé saberlo todo.

Bastan esos labios cálidos

como días tormentosos del verano

para apaciguar el alma

y la respiración que jadea

se desenvuelve como ese

tintinear de gotas de lluvia

que se estrellan contra la ventana.

Las manos serpentean igual que los labios

y si bien es descubrir un cuerpo

en el otro caso, es paladearlo,

hasta grabar en la memoria ese vaivén.

Había ansiedad desde la manera

en que tus ojos se abrían a la desesperanza

y la soledad que brilló en la inmediatez

habló de ti como un libro abierto.

En esa noche de lluvia,

cuando el goteo insistente

contra la ventana

me regresa tu imagen,

las manos acercan el cuerpo

que deseé con la memoria.

Hubo prendas que rodaron

hasta dispersar la angustia

y los labios que se humedecieron,

mojaron en su totalidad mi cuerpo,

pero no era más que otra forma

de amarnos tú y yo,

            así,                   a solas,

en la distancia,

 

cuando la ciudad dormía…

 

 

 

Es doloroso amarte…

 

He recobrado la esperanza

de alcanzar tus sueños

llegar a ese espacio infinito

en que se convirtió tu cuerpo

como una constelación

de la que ya no quise hablar.

Y es que no había motivos

para permanecer cerca,

si la distancia entre dos corazones

se convirtió en muralla

que edificaste para escabullir el dolor.

Tenías razón, cierto,

y era esa la salida única para no verte,

no hablar de cosas que nos hicieron daño,

no mentir, no engañarnos.

Qué otro motivo había entonces

            para permanecer juntos,

si las respuestas quedaron ocultas

y nadie tocó el tema tan doloroso.

Hubo pues la forma de amarte

pero no de herir tu corazón,

no era ese el propósito, sino sanar tu alma,

darle el cariño que hacía falta…

Es ahora cuando descubro una manera

            de acercar tus labios

                        a mi pensamiento,

como depositar una caricia en tu mano

            temiendo lastimarte.

Viene la evocación de aquella tu forma de reír,

de encontrarme en tus ojos

con el brillo de la ilusión que sé

            de pronto,

            yo mismo te quitaba.

Mas no creas que resulta fácil olvidarte,

dejar que el amor se marchite

por falta de ternura,

si ambos deseamos que las cosas

resulten menos lastimeras,

            incluyendo la despedida.

 

Es también a veces doloroso amarte…

Published in: on 9 marzo, 2007 at 15:53  Deja un comentario  

Comunicación Social

            Ya en artículos anteriores daba yo cuenta de lo que son los embajadores de un país y cuales son sus funciones, ya hablaba además de una invitación de la que es la más grande empresa del Señor, que nos llama a trabajar con él y para él haciendo su obra y nos remunera satisfactoriamente. Esta vez el mismo Dios único y todo poderoso al cual he clamado, ha traído a mi mente la más grande de las responsabilidades y en la cual muchos trabajamos.

Recuerdo que en años anteriores he anhelado y deseo en verdad con el corazón y con la mente el llegar a ser director de comunicación social en la presidencia municipal y a pesar de que ya lo fui una vez en la administración del municipio de Yuriria, aquí en el estado de Guanajuato, desee algo mas cercano porque aquí he llevado a cabo mi actividad como periodista, también lo hice en aquel municipio, pero ha sido aquí el lugar donde tengo mi residencia domiciliaria, donde tengo además a la familia que el Señor me ha dado y no solo eso, es aquí en donde he obtenido el reconocimiento secular en aquellas actividades que antes de andar en los caminos del Señor, me dedicaba y ahora, con una nueva visión, sigo llevando a cabo.

Ese deseo se ha visto ahora culminado de otra manera, si bien la administración comenzó hace cinco meses y no fui invitado, mas con el respeto que existía con el actual alcalde y quien luego se vio frustrado porque así como puse mi empeño en denunciar y dar a conocer las cosas que estuviesen equivocadas, caí de su gracia y no solo reclamo sino que ocnvi4rtio en algo personal el conflicto dado con el canal de televisión donde presto mis servicios, sino a la parque no perdió oportunidad alguna para aprovechar y despotricar en contra de la empresa y claro, del personal y detrás del personal, contra mi mismo, pero sin enfrentarlo de manera directa, sino con alusiones que si dejó escapar en contra de otros a los que llamó y atacó por su nombre.

Pero si bien es el Señor quien frena que alguien pretenda dañar o meterse con sus hijos en cosas mundanas, nada podrá impedir que las cosas que el Señor desea que sean reveladas se conozcan y si bien he luchado durante estos diez y nueve años con la espada de la verdad en la mano, a pesar de los tropiezos o las anomalías en que haya incurrido, unas por error de inexperiencia y otras con conocimiento pleno de las cosas, nunca más podrá ser escondida la verdad que el Señor tiene dispuesto revelar para el conocimiento de todos, así que adiós deseos de ser el comunicador oficial del gobierno actual, pero no así de lo que el Dios verdadero dispuso que lleve a cabo para su obra.

Yo que clamaba en mi condición de humano ser el director de comunicación, pues que mas grande empresa no podría brindarle la única y mejore de las oportunidades, sino trabajar para el Supremo Dios que requiere de ese vínculo entre él que tiene ye s la autoridad máxima, y aquellos que debe ser informados de las Buenas Nuevas del reino.

Noticias del reino, que mejor y excelente labor me ha conferido el Dios todo poderoso, pues si bien hay que explicarlo mediante un ejemplo parabólico, como hiciera Jesús a fin de que sus enseñanzas llegasen a mas corazones, esta vez, los periodistas somos el vínculo entre la autoridad y el pueblo, para que ambas partes se manejen de manera reciproca. La autoridad tiene que dar a conocer lo que está trabajando pues es de beneficio colectivo e involucra  a las personas que recibirán el beneficio, pues lo mismo les afecta sin son cosas equivocadas, así que el pueblo debe también manifestar sus puntos de vista, acuerdos y desacuerdos.

Los periodistas necesitamos información de las autoridades para dar a conocer lo que hacen y el pueblo debe ser informado, lo mismo que tiene el derecho para que expresen su contrariedad si es negativa la obra o los planes no fueron contemplados con pros y contras, así que debe existir ese pleno vinculo entre autoridad y pueblo, y sobre todo, el único puente 3xistente para ello son los medios de comunicación.

Ahora bien, el ejemplo mayor, cumbre de todo esto, es que Dios que es autoridad para todas las cosas del Reino, también tiene mucho que desea informar para que el pueblo tenga conocimiento de lo que hace, de lo que planea, de lo que propone y que el pueblo, porque esta vez es plenamente para su beneficio, debe saberlo y sobre todo, estar de acuerdo en seguir.

Habrá a pesar de ello aquello que se muestren contrarios a esta disposición y serán no solo protestantes de esta voluntad positiva manifiesta, sino que se pretenderán erigirse como detractores del Dios verdadero y rechazar en rebeldía lo que él ha dispuesto para todo, para el beneficio colectivo, así que harán lo imposible en manifestarse para frenar lo que el Señor trata de hacer, su obra, que es obra de calidad, concursada entre los más capaces para llevarla a cabo, pero no por sus capacidades del mundo, sino por el llamado que él hizo para quienes trabajan para él y acatan su voluntad.

Las buenas nuevas fluyen y las noticias viene del reino del Señor hacia todo el pueblo, para todos, sin exenciones porque el beneficio es total y definitivo para todos nosotros, para él, pues que tanto puede preocuparle, pues si algunos lo rechazan como se ha hecho a lo largo de la historia, quienes perderán, claro que a él le importa pues se duele de que lagunas lamas se pierdan, pero sigue prevaleciendo también en su voluntad sabia ese libre albedrío así que deja a la elección de cada cual a que partido irle, como sería otro de los ejemplos, si dejarse ir con los que engatusan y no cumplen, o ante él que promete ye s fiel a su palabra porque no es hombre para mentir.

Buena la alegoría es entonces esta pues me ha llamado no sólo a ser su comunicador oficial, formal y fiel a él sino que yo con la total entereza y plena convicción he aceptado esta invitación para acatar su voluntad y trabajar para ser ese vínculo entre los del pueblo que no le han conocido, y también asumo esa alta responsabilidad, deseoso de servirle dignamente, pero sobre todo, convencido de que es la mas grande empresa en la cual he sido llamado por gracia de él y no por meritos propios, a pesar de que pudieran existir unos cuantos  de ellos, sino por su plena gracia.

Alabado sea el Señor que tuvo a bien hacerme este llamado y claro e que la riqueza que de él viene, espiritual y material y la paz y la tranquilidad, armonía y concordia en la cual estaré plenamente inmerso, es una de las grandes satisfacciones y prestaciones que tiene a bien él compensarme por este esfuerzo.

Que si estoy agradecido con él por todo lo que me ha dado, claro que lo estoy, sería un equivoco de mi parte suponer que no le debo nada y que la gratitud es una palabra que fue bordada de mi diccionario espiritual, así que una vez más.

Gracias te doy Señor por este llamado el que espero cumplir plenamente, porque el día en que me llames a cuentas, buenas cuentas habré de rendirte mi Dios, por tu amor y tu misericordia.

Alabado sea tu nombre mi Dios en toda la tierra y que todas las naciones se sumen a una sola voz para darte el honor y la gloria que te pertenece, así sea por siempre y para siempre. Amén y amén.

 

Published in: on 27 febrero, 2007 at 14:39  Deja un comentario  

Collares de Coral

¡¡Alégrense con gozo los collares de coral…!!!
El verso se repitió una y otra vez en mi mente, saliendo del sopor del sueño, con gozo, con alegría, con una fortaleza recuperada, luego de haber descansado provechosamente a lo largo de la noche.
El estribillo se repitió una y otra vez en mi pensamiento, así que ese fue el marco de entrada a la oración temprana, como ese cántino nuevo que nos es anunciado en la Palabra, y que mejor que fuese una alabanza en la cual no sólo yo alcanzaba ese gozo, esa felicidad, sino también el hecho de ser una joya preciosa ante los ojos de Dios, un distintivo, una piedra no sólo labrada por la mano de Dios, sino labrada en la paciencia de esperar al tiempo propicio para que fuese perfeccionada.
¡¡Alégrense con gozo los collares de coral…!!!!
Alegrarse con gozo es llevar la felicidad más allá de una simple euforia, estar alegres y además gozosos, es ir más allá, es como decir estoy doblemente feliz, contento en grado superlativo: contentísimo, y ese debe ser nuestro gozo, porque el amor de Dios está sobre nuestras vidas, sobre nuestro ser, en nuestro interior y para que salga, debemos manifestarlo mediante las expresiones que refleja nuestro mirar.
Nuestros actos hablan de esa alegría, el rostro lo dice cuando estamos alegres, los ojos brillan si somos felices, los gestos, el movimiento del cuerpo lo dice, lo anuncia, lo enseña ante todos y nuestra felicidad es manifiesta, lo mismo que cuando alguien nota si estamos tristes, o hay malancolía en nuestro corazón.
Pero vayamos más allá, a esos collares…
¿Quién usa un collar sino las damas elegantes y las que desean verse elegantes? Un collar de perlas, un collar con un diamante, con una piedra preciosa, como un distintivo que es parte de la elegancia; como una sonrisa embellece el rostro, un collar, sea como sea, incluso en su sencillez, es hermoso y parte del atavío de quien desea verse bien y sobre todo, en las mejores ocasiones es cuando deseamos lucir esas nuestras mayores riquezas.
Pero, un collar de coral, va mucho más allá de lo que puede esperarse.
Un collar con un diamante es magífico, pues al igual que el coral, el diamante ha necesitado del tiempo para formarse, ese carbón en bruto que por años se preparó para que un día fuera pulido, también significa algo valioso, pero el coral es un elemento vivo, que crece entre seis y quince milímetros al año y para que sea una joya magífica, la naturaleza sabia, la mano poderosa de Dios, a lo largo de ese tiempo, lo va perfeccionando.
El coral rojo es el que se utiliza en joyería, pero implica el mismo tiempo en perfecionarse, requiere de la paciencia, de irse formando en las aguas quietas y en las aguas violentas.
Viene una tempestad, viene un maremoto, viene un oleaje violento, fuerte… y luego el remanso, lo apacible y requiere de un lugar especial para que se vaya formando, creando, labrando y conservando con vida.
La mano de Dios está en la creación que nos rodea, que nos circunda día con día.
Nosotros mismos, nuestro ser, el carácter que nos distingue, requiere de esa paciente espera y de esas aguas violentas, de las pruebas, de los obstáculos para formarnos y sobrellevar de una mejor manera lo que al paso del tiempo implicará el uso que Dios dará a nuestras vidas.
Sólo él lo sabe, como está escrito, somos nacidos del Espíritu y como el viento, no sabemos de donde viene, ni a donde va.
Lo sentimos, lo vivimos, pero parece algo incierto y es ahí en esa aparente incertidumbre en donde se prueba nuestra fe, nuestra confianza y esperanza en Dios.
Yo como tú, si tomamos la decisión de entregar nuestra vida a él, confiar y esperar en él, sabemos que viene lo mejor, el perfeccionamiento y no hay temor ni duda alguna en nosotros, porque él nos lleva con mano firme y segura y nada estorbará su obra.
Escrito está: Aquél que comenzó en mí la buena obra, estoy seguro que la continuará hasta perfeccionarla.
Gracias te doy Señor por haberme tomado en tus manos de artesano sabio.
Gracias por la disciplina pues significa que me amas.
Gracias por el tiempo que has invertido en mí, como hijo tuyo que soy, para hacer de mí una nueva criatura.
Para ti que lees este texto, en este momento, Dios bendice tu vida a través de estas Palabras.
Bendito seas… quienquiera que seas.
Y también tú, alégrate con gozo por ser un collar de coral.
 
Published in: on 16 enero, 2007 at 16:21  Deja un comentario  

La Novia Viva

El vehículo circulaba por las calles de la ciudad a una velocidad moderada, sin prisas, sin urgencias, sin ostentación alguna.
En su interior viaja una joven pareja que se enfila hacia el altar para contraer nupcias, pues esa es la manera como pretenden sellar un compromiso con ellos mismos, pero primero ante Dios.
No es un auto lujoso, no, no es una limosina, ni el auto último modelo con el cual cualquier persona puede aspirar, ni prestado ni rentado, ni del amigo de toda la vida, no. Es un vehículo común, como si esa esa fuese una forma de pasar desapercibidos entre la multitud.
Alla afuera, en el exterior, en las calles pobladas o desiertas, en las calles sin forma o trazo alguno, el vehículo cruza por la ciudad y sus avenidas, sorteando el trajinar del día y puede contemplarse a través de las ventanillas, lo mismo a los niños que corren, que juegan, que gritan, que se alegran en su correr diario, mientras que los adultos sobrellevan su monotonía con las prisas y urgencias del trabajo y parecen todos absortos, cada cual en su mundo, cada quien en su propia forma de vida, que una boda más, un vehículo arreglado floralmente y que denota que en su interior viaja una pareja encaminada al matrimonio, parece no importarle a nadie, ni siquiera percatarse de ello.
En una vuelta que el vehículo da, la cabeza de la novia -ataviada en blanco-, se inclina, se inclina, como recostándose sin preocupación alguna sobre el hombro del novio, quien parece considerarlo como un gesto de ternura y amor, pero al dar vuelta el vehículo en sentido contrario, la cabeza de la novia se inclina en sentido opuesto y queda recargada sobre el área derecha de la unidad, sobre la portezuela, inmóvil.
El novio le llama, cita su nombre, le mueve con un gesto amoroso y la novia guarda silencio, como si durmiese; él insiste, la mueve, le llama, la sacude y se percata entonces que ella no respira, que ha muerto, que está muerta, sin vida, sin aliento, que ha transcurrido un instante demasiado prolongado y él, sin percibirlo, no notó en qué instante del camino su novia perdió la vida.
En las calles, en el exterior, la gente grita, corre, va de prisa, ajenos todos a lo que el novio sufre, a lo que padece en su interior, en el corazón, la tristeza, el no saber qué hacer o cómo reaccionar ante una situación de esa naturaleza, jamás imaginada ni deseada para nadie.
Y hay que resaltar que afuera cada cual, absorto en su mundo, en sus ocupaciones, nadie se percata, distantes y ajenos todos, al drama que el novio vive en carne propia.
Una novia vestida de blanco, una mujer hermosa en su atavío, su peinado, el maquillaje, su pureza evidente, su notoria virginalidad ligada lamentablemente a la muerte.
 
Las bodas del Cordero.
Hemos escuchado de las Bodas del Cordero, hay quienes sí, pero muchos no, y por ello seguimos absortos en nuestro mundo, en nuestro vivir a diario, a nuestra manera, a nuestra muy especial manera de vivir.
Las Bodas del Cordero.
Jesús, el Hijo de Dios y su novia, purificada, de blanco atavío, de grande belleza, pero… muerta.
La iglesia de jesucristo es su novia, pero, cuánto dolor puede haber, cuánta tristeza, cuánta desolación puede existir en el corazón del ser humano y aún si vamos más allá, en el corazón del Hijo de Dios, al ver al igual que en el mundo exterior, en el mundo diario con sus rutinas, donde la gente permanece absorta cada cual en lo suyo, en sus preocupaciones, en sus frustraciones, en ese ir y venir inmisericorde, unos de otros, olvidando ese romance del enamorado que debe ser tanto el Hijo de Dios con su novia, con su iglesia, con cada uno de nosotros, que viajamos con él, que él ya purificó y santificó con su sangre para poder darle esa blancura y belleza, esa pureza a su novia y sin embargo, saber que la novia ha muerto, está muerta o muere cada día a través de esa indiferencia, ese no importarle nada, por no sostener una relación amorosa con el Hijo de Dios.
Quién de nosotros como hombres desearía una novia muerta, llegar a ese momento culminante, el que todo anhela, el que todo sueña de llegar a un compromiso ante Dios y no ante la sociedad, no compromisos de hombres, sino validar un pacto, una relación primero, por sobre todas las cosas, sea la manera que sea, ante Dios.
Vivir un drama así nadie lo imagina, ni lo desea ni lo sueña, pero ha acontecido y de ello ha dado cuenta la prensa, en ocasiones, por desgracia, y nadie olvidará jamás esos hechos.
Somos la iglesia de Jesucristo, somos la novia vestida de blanco, ataviada en su purificación con la sangre del Cordero, no podemos permitir que una boda se cancele y que una novia fallezca.
Pero somos los responsables de darle vida, y de mantener esa pureza, esa blancura de atavío para ser dignos de estar ante la presencia de Dios para ratificar ese compromiso.
Esa es nuestra responsabilidad, de manera tal que podamos celebrar las Bodas del Cordero, ir a sellar ese pacto delante de Dios y poderle decir.
Acepto… Acepto de todo corazón Señor, porque Tu Novia Vive
Sí Señor Jesús, las Bodas del Cordero jamás podrán cancelarse, porque tu Novia Vive, y vive para siempre.
Gracias Señor, por toda tu grandeza e inmenso amor.
Ahí estaremos todos, presentes, participando, en las Bodas del Cordero.
Published in: on 13 enero, 2007 at 0:37  Deja un comentario  

Este es el día que hizo el Señor

Este es el día que hizo el Señor y que hemos esperado al paso de las horas, de los días, de las semanas y de los meses, deseando tener la oportunidad de seguir con bien, de alcanzar las victorias, el éxito no sólo de las cosas mundanas, sino incluir además el crecimiento espiritual, conforme Dios nos lo brinda para que seamos útiles en su obra gloriosa.
Estamos a punto de cerrar el año, pero le quedan días maravillosos, no a la espera de que llegue enero para comenzar con planes de buenas intensiones, sino aprovechar los días que restan para sacarles jugo, provecho, como deseosos de que no se desaproveche ni siquiera una sólo oportunidad de hacer algo más, un poco más, un mucho, sin descanso, como si en ello nos fuera la vida.
Esta es la oportunidad y el momento adecuado para agradecer porque ha sido un año de experiencias, de favores, de bendiciones, porque conservamos la vida, porque cada amenecer nuestro corazón late, vemos la luz del sol que se levanta en lo alto, al oriente y ese amanecer es la esperanza que se renueva cada día, sabedores de que el hoy viene lleno de cosas buenas, pues si alguien desea ver sólo las malas, queda en él, pero ¿por qué no decir gracias por las cosas que tenemos y dejamos de lamentarnos por aquellas que no tenemos, porque nuestro esfuerzo ha sido poco?
La familia se encuentra bien y podemos andar de un lado a otro, confiados porque el Señor vela por ellos, estamos en paz, no hay preocupaciones en nuestras mentes, porque esa paz viene del Señor y lo que poseemos, es tan sólo un encargo del que habremos de rendir cuentas tarde o temprano.
Hoy es el momento para estar de pie al despertar y luego de ello, ser capaces de postrarnos en la presencia de Dios para decirle: "Gracias Padre por la oportunidad de amarte, gracias por la disciplina, porque sé que si me disciplinas es porque me amas y me corriges como a uno más de tus hijos, pero nos amas a todos por igual…"
Gracias Señor por el tiempo que has invertido en mí y por tu paciente espera para que yo llegase a conocerte, para que tú Señor llegaras a mi vida para transformarla y transtornarla maravillosamente.
Este es el día de las bendiciones porque hoy tengo la oportunidad de amar y ser útil a los demás y porque este día viene cargado de esperanzas, de ilusiones y de secretos, como un presente que hay por abrir y ver todas las sorpresas que contiene.
Yo te amo mi Señor y bendigo tu nombre, porque eres grande en todas las naciones de la tierra.
Dale también tú una oportunidad a Dios para que entre y reine en tu vida.
Verás cuanto amor hay en él para ti, pero la decisión es tuya.
Bendito tú que lees estas líneas.
 
Published in: on 18 diciembre, 2006 at 16:35  Deja un comentario  

Buscando a Narciso antes del alba

El libro únicamente adormece tu cerebro y le impide descansar en paz. Cae al piso sin que te percates de ello y claro, no tratas de recuperarlo. Pero lo buscas entre tus sueños, te buscas a ti mismo en su interior sin conseguir una respuesta. Tu cuerpo se levanta para atrapar una sombra extraña, ajena a ti. Deseas la salida del laberinto en que te hallas perdido, sujeto por un túnel fantasioso, propio y en condiciones a tu medida. ;iras la reja que se interpone por doquier y que te prohíbe un vistazo a la realidad. Este espectro no es el que contemplas por la ventana de tu inexistencia.
Ves a tu vecino sentado en las escaleras a la espera de quien disponga de un instante para la charla, cruza los pies junto a un cuerpo que tratas de ignorar: un cráneo abierto. Come con deleite del cerebro que se esparce por el piso entre oleadas de sangre. En el cuerpo que yace en el suelo y carece de rostro, te adivinas, aunque no consigues distinguir tus facciones. La tristeza te embarga pues no sabes que hacer.
De tu bolsillo extraes la llave, queda atrás un agotable infinito de escaleras que te empujan al interior. Lo percibes: la guarida se ha trasmutado. ¿Es una equivocación? No, la llave personal, correcto el sitio, pero adentro: escritorios desvencijados, papeles, polvo en el piso, por doquier muebles, plantas secas y un aire que ahoga. Tiempo olvidado que permanece preso.
Deambulas hacia la ventana, la abres en busca de otro viento. Abajo, un río nunca antes visto de aceite amarillo, transparente, pausado, rodea el vecino edificio. La luz verde del semáforo cede  el paso a su extinción y le torna fila interminable de autos unidos una detrás de otro, programados al mismo acorde y velocidad, puestos sobre una cinta-guía que los conduce al abismo. Que absurda es la vida que te aprisiona, no puedes vivir en un sitio en donde no hay una imagen semejante que te ayude a saber quién eres. No hay con quien hablar ni localizas a una persona parecida a ti o ajena a las figuras toscas que la vida te muestra.
Caminas hacia el baño… el espejo se ensaña con tu figura atenta, reflejada en la oscuridad. Enciendes la luz y el rostro desaparece, no hay facciones. Presa de pánico sales corriendo, bajas la escaleras hasta donde tu vecino come frugal los sesos de tu cerebro, ¿lo habías notado? No hay rasgos en su cara. El espectro de cabeza destrozada te hace recordar una faz antes vista en el espejo. Subes decepcionado. No hay una imagen para identificarte. ¿Qué hacer para saber quién eres?
Cierras la puerta tras de ti. Camino a la recámara otra preocupación te asalta: ¿más polvo y escritorios la invaden? Otra puerta se abre: una mesa al frente y detrás un hombre en espera de acontecimientos importantes que le permitan la variedad a la cadena rutinaria que le ata en sepulcro tal. Un gesto en la sombra prohíbe su identificación.
   – Adelante, te estoy esperando… –voz trémula que surge desde el abismo, un murmullo casi.
   – No te conozco…
   – Acércate, no temas… –suplica.
Rodear el escritorio y aproximarte al sujeto son un acto. La penumbra en el rostro le sigue el paso para ocultarlo. ¿Qué sensación extraña te embarga ante esa presencia? Una atracción irresistible te acerca y guía tus manos para acariciar el rostro que adivinas en lo oculto. No resistes. Atraes su faz y lo empujas hacia la luminosidad extasiado ante belleza sorprendente. Lo sujetas para posar tus labios en los suyos, lo haces con tanta ansiedad que…
Semi-despiertas sobresaltado, con asco ante el sueño absurdo. Por largo instante meditas en el acto, después vuelves a sumergirte en el sueño. Dentro de lo onírico te levantas y conduces hasta el baño, la imagen del espejo y la luz te causan horror: ya no eres tú. Una trasmutación apresó tu soñar, una mutación indeseable: facciones atractivas, grandes ojos enigmáticos, pelo corto en sugestivo peinado, labios que se abren con sensualidad. La lengua húmeda recorre tu boca tratando de disminuir el fuerte color carmín sin conseguirlo.
Te desnudas temeroso de acertar el cambio completo no deseado. Otras sensaciones te embriagan ahora: senos firmes y prominentes, pezón rosado, frágil y breve cintura, caderas anchas, piernas torneadas y… un excitante sexo.
 
    Reencuentro.
 
    Despiertas en la cama del hospital con la aguja clavada en el brazo, conectado al tubo por donde corre ligera una gota de sangre. La sorpresa y decepción te atormentan. Forma distinta del pánico. Un doctor entra y repite la historia de un salvamento, de tu derivar por la tina de baño quince días atrás, naufragando con vestuario y maquillaje de mujer, sin quien explique tu permanencia prolongada en la bañera.
Alguien dice, vecinos, dudando sobre tu cordura, te vieron buscar al hombre del cráneo destrozado al cual llamaste a gritos. Los ojos en extravío, ignorando los saludos, atentos tras el muro a tu monólogo día y noche. Menciona el doctor un intento de abrir la puerta en tu auxilio, derribarla y encontrarte en la tina semi-ahogado.
-Si usted fuera mujer, ¿qué haría con su vida…? -interroga el galeno.
Evocas con el reptar de la sangre en el tubo, una risa lejana, espontánea y franca: la prostituta que envidiaste, estática contra la esquina, recibiendo un cuerpo distinto cada noche; su abrazo y el beso que le diera al hombre, la vez aquella cuando comprendiste la felicidad en un instante.
 
– La prostituiría… -contestas.

 

Published in: on 14 diciembre, 2006 at 16:15  Deja un comentario  

Poesía para Dios

Habita entre Nosotros
 
El está aquí
¿le has visto?
Acaba de retirarse
Dejó esa estela de nardos
La fragancia perpetua de la paz
¿le has visto?
Día tras día recorre las calles,
¿cómo es posible que no sepas de él?
Acarició a aquella anciana,
Lloró junto con el afligido,
Al quebrantado le dijo:
 No temas.
Me sonrió cuando estuve triste
¿le has visto?
¡Cómo! Si acaba de irse
ven y te enseñaré
su habitación en el mundo,
él está aquí
pero no pertenece aquí,
mas, sabe, que es tuyo
ha preguntado por ti
incluso te llamó por tu nombre…
¿le has visto?
No.
Se sintió triste cuando volviste la espalda
Lloró, otra vez lloró por ti
Me ha confiado cuanto te ama
Pero tú miras al horizonte
Vuelves la vista atrás
Inmerso en resentimientos
Y cosas del pasado, dolor y frustración
¿le has visto?
Él está aquí
 
 
Hunde tus pies en su sangre
  
Hunde tus pies en su sangre
No es lodo inmundo
Sino sangre de redención
 Sumérgete en cuerpo y alma
Desde los pies hasta la cabeza
Sumérgete, no temas –vamos!-
Ya nada puede dañarte
Es un océano infinito de vida
Entras, y quien sale es otro
Con un nuevo origen de eternidad.
Tú eres rey
Sangre azul corre por tus venas
¿lo sabías?
¿desconfías de su poder?
Vuelve a vivir
Todo comienza de nuevo
Hay luz, se anuncia el amanecer
“una alfombra de trigo cubre los valles”
el origen del mundo reinició su marcha,
pero siempre estuvo ahí
expectante de ti
de tu llegada
el natalicio anunciado del Hijo de Dios
mis brazos se abren
para que hagas morada
 aquí en mi interior
yo te invito a que vengas a mí,
toma posesión de mi alma, ¡oh Dios!
Pues ya no temo mancharme
En esa tu sangre
De mi redención…
 
Published in: on 7 diciembre, 2006 at 21:45  Deja un comentario  

Irapuato Inundado

Irapuato ha padecido a lo largo de los años toda una serie de situaciones adversas, que lo mismo varían del robo al secuestro y asesinato, como aquellos estragos naturales que la historia misma da cuenta.
Las inundaciones por lo menos en cada periodo de lluvias fueron y han sido a lo largo de la historia de Irapuato su principal piedra en el zapato, pero hubo hace unos tres años un periodo en el cual, mientras en todo el país se sembraba el caos natural, los municipios aledaños a Irapuato, si hablamos de Salamanca, de Valle de Santiago, Pénjamo, Abasolo, Silao o Romita, incluso aquellos más remotos o los que pensamos imposibles de sufrir una inundación, sufrieron los estragos.
Irapuato hace ese tiempo, tres años en promedio, quedó aislado, sí, como una pequeña isla a la cual no alcanzaron las aguas turbulentas de las tempestades naturales, ni de las presas que se desbordaban como en 1973, así que escuchamos a los hombres en autoridad, a los servidores públicos, felicitarse muy gloriosamente a sí mismos, como si unos cuantos hombres pudieran contener las aguas o las medidas que hubieran tomado fueran a tal grado tan efectivas, como para frenar a la naturaleza misma.
No, ellos no supieron que había grupos de oración que cada sábado subían al cerro de Villas de Irapuato para interceder por esa ciudad y que tales estragos llegaran a su fin.
Ellos ignoran que esas personas siguen orando ya no en Villas sino en cualquier punto de la ciudad, para pedirle a Dios que preserve ese municipio y sobre todo, a su población.
Pero claro, cuando hay presencia de Dios existe también presencia de Satanás, que hace todo lo posible y hasta lo imposible por destruir los muros que hoy se levantan como fortaleza, para protección y lo que se edifica hoy, lo trata de destruir mañana y si no, en ese mismo instante.
Esta ocasión, al cierrre del presente mes, la inundación que padecen otras ciudades, en Irapuato ha sido una inundación diferente, pues se ha llenado de aguas vivas, de aguas espirituales, de la presencia de Dios porque los grupos de creyentes en Dios así han clamado a él y Dios ha dado respuestas.
La paz, la calma, el diálogo entre padres e hijos, el acercamiento entre parejas restaurando sus matrimonios, la obediencia, el respeto, todo comienza a cambiar de nuevo.
Esa es la obra de Dios, las inundaciones a partir de ahora serán de una manera diferente para beneficio nuestro, porque Dios decidió establecerse en el centro del estado, en el centro del país, en esta nación que era un gigante dormido y si en Irapuato abundó el pecado, escrito está que ahora sobreabunde la gracia.
Vivimos por la gracia de Dios y estas nuevas inundaciones serán permanentes, pero de aguas espirituales, de la presencia del Espíritu Santo y sabemos que vienen cosas nuevas, con el cambio del gobierno federal.
Ya lo propio se hizo en los municipios y en los estados y en el poder legislativo, sólo nos queda esperar y ver las grandes maravillas, señales y prodigios que Dios estableció desde el principio de los tiempos.
Sólo él merece la gloria… ¿y tú?
Hoy es día en el cual también Dios habrá de bendecirte.
Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Yo he venido hoy en el Nombre del Señor.
Bendito soy del Dios Altísimo.
Bendito seas tú también que lees estas líneas…
 
Published in: on 17 noviembre, 2006 at 16:57  Deja un comentario  

Un nuevo ciclo

Hoy que comienza el mes de noviembre, comienza al mismo tiempo un nuevo ciclo.
La palabra de Dios en este día hablaba de prepararme enseres de marcha, de viajero, de alguien que se va y pensé que tal palabra se refería a mí mismo y no.
He llegado a mi trabajo y uno más de mis compañeros decide dejar esta fuente de trabajo, para ir a una nueva encomienda, en otra secretaría.
Alguna vez escribí un texto que se relacionaba con todos aquellos que se han marchado, de cada uno de los empleos anteriores que tuve desde 1994, cuando estaba en Salamanca y una noche, ya de madrugada más bien, regresé al periódico donde laboraba, Tribuna, luego de haber terminado la impresión del día, a las dos de la mañana y sólo quedaba el velador.
En esa ocasión, como en muchas otras, andaba yo sin dinero, regresé al periódico sólo para dormir en los sillones, no tenía para pagar un hotel, no tenía para pagar un taxi ni para cenar y regresé a las instalaciones del periódico y dormí en dos sillas que acomodé como fue posible, para habilitarme una improvisada cama.
Todos se habían marcha y hoy de nuevo esa expresión, dado que llegué a este lugar como colaborador a propuesta de los ex-funcionarios ahora también ausentes, aquellos que decidieron que viniera aquí, no de ellos mismos sino que Dios usó de sus vidas para traerme a este lugar, también ellos se han marchado.
José Luis llegó a mi casa para proponerme esta fuente de trabajo, junto con José Manuel y ambos se han marchado.
Se fué Ricardo y se fue Javier, cuatro personas que decidieron esto a instancias de Dios, lo mismo se fue Mónica y se Fue Miguel Angel y se ha marchado ahora Edgar, todos se alejan y llega nuevo personal y Dios ha sido en verdad generoso conmigo.
¿Qué es lo que sigue? Les he dicho a algunas personas que no dependo yo de los hombres, sino de Dios y los que me invitaron se han marchado, todos se han marchado, pero yo permanezco en este lugar, las razones las conoce Dios y el domingo pasado, cuando yo dialogaba con el Señor, pregunté ¿Qué deseas que haga en ese sitio? ¿Cuál es tu propósito? Pero no es lo que hagamos o podamos hacer por Dios, sino lo que él hace a través de nosotros y en nosotros.
Minutos más tarde el mismo Señor me respondió a esa pregunta: Tú eres Embajador de Cristo en ese lugar…
Y qué más puedo pedir entonces, soy un embajador, pertenezco al cuerpo diplomático, como lo escribí hace cuatro años, cuando apenas comenzaba a caminar en las sendas de Dios y hay que hacer un buen papel, ser un digno representante de Dios.
Esa es mi función en esta Secretaría de Obra Pública, porque la obra es de Dios y es pública, lo cual implica que es para todos.
Dios ha sido genero, tan generoso conmigo.
Como no estar agradecido con él.
Gracias te doy Señor, por el privilegio de ser un colaborador tuyo.
Pero también a ti que lees esto, también para ti el Señor tiene algo bueno.
Acércate a él, reconcíliate con él, como lo harías con tu esposo o esposa, con tu hermano o hermana, con tu novio o novia, con tus compañeros en el trabajo, con tus padres.
Reconcíliate. El te ama.
No lo olvides: El Señor te ama.
 
Published in: on 1 noviembre, 2006 at 15:43  Deja un comentario